Recordando 2001 Odisea del Espacio


Por casualidad, o quizá no, la navegación por internet me trajo a este sitio en el que pude revivir una extraña experiencia: un libro y una película que aparecieron juntos en mis tiempos de los años 80.

Tal sitio, que recomiendo a los fans y a los que añoran otros tiempos, es:

http://www.jotdown.es/2011/08/2001-una-odisea-del-espacio-explicada-paso-a-paso/


Por si los 80 son para ti "tiempos remotos" en los que aún no habías ni siquiera nacido, extraje información sobre uno de los dos temas que trata la cuestión.

El guión de 2001 presenta dos tramas: una principal y otra secundaria. La una es realmente independiente de la otra, desde un punto de vista dramático. Podrían existir por separado, como dos historias paralelas.

La trama principal narra historia de la evolución humana a lo largo de varios millones de años; una evolución que en la película es dirigida por algún tipo de inteligencia extraterrestre cuya naturaleza no se especifica en ningún momento.

La segunda trama es la historia del ordenador HAL 9000 y su rebelión frente a sus creadores.
¿Por qué HAL? La computadora más conocida en los tiempos en que se filmó esta película (mediados de los años 60) era la IBM. Su marca era casi un sinónimo de esa tecnología. Es fácil descubrir que H es la letra anterior a I, A es la letra anterior a B y L la letra anterior a M, esto es, HAL son las tres letras anteriores a IBM.

Esta subtrama gira también en torno al concepto de la evolución y la inteligencia, pero como ya hemos dicho no tiene realmente relación con la trama principal, más que de una manera puramente tangencial. La subtrama de HAL es un “accidente” que sucede dentro de la trama principal pero que no afecta su curso.

El ordenador HAL 9000, encargado de supervisar la nave Discovery. Esta historia secundaria reflexiona sobre el origen y naturaleza de la inteligencia y la identidad. ¿Puede una computadora tener identidad y sentimientos, puede tener un “alma”?

HAL 9000 es un ordenador perfecto. No puede cometer fallos. Fue creado como un cerebro artificial y de hecho se le educó de manera similar a un niño, sólo que de manera mucho más rápida y precisa, porque sus circuitos no pueden equivocarse en un cálculo. Esa precisión hace que le hayan puesto a cargo de las funciones vitales de la nave Discovery. Ni los astronautas ni quienes le han diseñado pueden responder realmente a la pregunta ¿tiene HAL sentimientos? Nadie lo sabe. El ordenador ha sido programado para hablar y expresarse como si los tuviera, pero la existencia real de esos sentimientos es algo que no se puede comprobar, aunque sus creadores tienen a pensar que sí los tiene.

Y sí, los tiene. HAL 9000 siente orgullo de sus propias capacidades. Además, tiene un objetivo único en la vida, que le obsesiona: lograr que la misión Discovery tenga éxito. Eso es todo lo que a HAL le preocupa. No hay nada más importante para él que la misión. Su existencia se centra completamente en ello.

Pero hay un problema. HAL conoce el verdadero objetivo de la misión, que es descubrir el destino de la señal lanzada por el monolito descubierto en la luna e investigar el origen alienígena de dicho monolito. Sin embargo los astronautas de la Discovery no conocen ese objetivo: se les ha ocultado la verdad para evitar filtraciones o para quitarles presión psicológica. Sólo les será revelado el verdadero objetivo de la misión cuando lleguen a Júpiter, mediante un vídeo explicativo. Así pues, HAL ha de ocultarles esta información a los astronautas. Pero entonces a HAL, que es perfectamente capaz de pensar por sí mismo, se le presenta un dilema con el que sus programadores no habían contado:

-La misión es lo más importante y conocer el verdadero objetivo de la misión es fundamental para su éxito.

-Los astronautas no conocen el verdadero objetivo de la misión.

-Si los astronautas no conocen el verdadero objetivo, podrían tomar decisiones equivocadas y hacer fracasar la misión, algo que HAL no puede permitir porque para él la misión es lo más importante.

-La única forma de que los astronautas no estropeen la misión por causa de desconocer el objetivo es comunicándoles cuál es el verdadero objetivo.

HAL tiene órdenes de ocultar el verdadero objetivo a los astronautas, ese es el plan de misión.

Si HAL decide comunicar a los astronautas el verdadero objetivo, estará desobedeciendo a sus creadores y saliéndose del plan previsto, por tanto haría peligrar también la misión.

HAL se ve obligado a elegir entre permitir la ignorancia de los astronautas (lo cual pone en peligro la misión) o paliar dicha ignorancia incumpliendo el plan previsto (lo cual también pone en peligro la misión).

Conclusión: para salvar la misión, HAL no tiene opciones buenas, todas son aparentemente malas.

Así pues, para salvaguardar el éxito de la misión, lo más importante de su vida, HAL se encuentra ante dos alternativas que le parecen igualmente inciertas. Nosotros, desde fuera, podríamos decir que la mejor alternativa sería dejar la misión tal y como está prevista, confiando en la suerte y en el criterio de los que la planearon. Pero HAL no lo ve así: él lo ve desde dentro y está demasiado obsesionado con el éxito de la misión como para dejarlo al azar o al criterio de humanos imperfectos.

Tenga o no razón en sus conclusiones, HAL se siente entre la espada y la pared. El dilema en el que su mente se ve envuelta es un callejón sin salida y HAL cree que haga lo que haga la misión estará en peligro. Ese conflicto irresoluble hace que pierda el control de sí mismo. Es decir, ante la incertidumbre de un problema que no sabe cómo resolver, HAL desarrolla una neurosis… algo que le hace mucho más humano de lo que parecía en un principio, porque todos los humanos sufrimos neurosis en un grado u otro. La neurosis es consustancial a nuestra naturaleza, porque continuamente nos enfrentamos a disyuntivas e incertidumbres sobre nuestra vida.

Cuando los astronautas Dave Bowman y Frank Poole descubren que la avería era ficticia, se dan cuenta de que algo no marcha bien en el cerebro de HAL. Se encierran en una cápsula donde HAL no puede oírles y hablan de la necesidad de desconectar al ordenador, porque sus repentinos fallos podrían hacer peligrar la nave y las vidas de quienes viajan a bordo.En los humanos las neurosis producen sufrimiento, también pensamientos y conductas irracionales. La neurosis de HAL 9000 tiene el mismo efecto sobre su mente. Consumido por una lucha interna, empieza a manifestar síntomas neuróticos. Al igual que los humanos pueden por ejemplo desarrollar síntomas de enfermedades que antes no estaban allí, HAL da una falsa alarma diciendo que la antena que comunica a los astronautas con la Tierra se ha estropeado. La avería en realidad no existe, pero demuestra cuál el deseo inconsciente de HAL: romper la comunicación entre sus creadores y los astronautas para que solamente él pueda dirigir la misión. Es probable que no lo haga con mala intención porque de hecho la decisión no le favorece: al fingir una avería HAL se arriesga a destruir su propia reputación de perfección si le descubren. Pero de todas sus malas opciones, ha tenido que elegir una, ya sea como decisión consciente o dejándose arrastrar por las emociones del momento.

HAL quiere ser el único que controle la misión porque es lo más importante en su vida. Pero la misión no es sólo suya. Fingir que la antena se ha estropeado es una manera infantil de intentar tomar ese control.

Y HAL no puede oírles… pero sí puede leerles los labios. Sigue la conversación entre Poole y Bowman palabra a palabra y descubre que planean desconectarle. Y entonces se siente aterrado. Para HAL, la desconexión es el equivalente de la muerte. No quiere morir. Ahora se enfrenta a un nuevo dilema porque se da cuenta de que hay algo tan importante como la misión: su propia existencia.


Quieren desconectarle. Quieren matarle. Ahora se trata de elegir entre la vida de los astronautas o la suya propia. HAL decide defenderse. Finge una nueva avería de la antena para que Frank Poole tenga que salir al exterior de la nave: una vez allí, el astronauta es asesinado por HAL. El ordenador utiliza el control remoto de una cápsula para golpear al astronauta y cortar el tubo que le proporciona oxígeno. Poole muere en el espacio.

Dave Bowman no sabe muy bien lo que ha ocurrido , lo interpreta como un accidente porque desconoce que HAL sabe que planeaban desconectarle. Bowman decide salir en otra cápsula a rescatar el cuerpo de Poole. Pero cuando quiere volver a entrar en la Discovery, HAL no se lo permite. La computadora le dice: “sé que Frank y usted planeaban desconectarme… y me temo que eso es algo que no puedo permitir que ocurra”.

Repentinamente, Bowman entiende lo que está pasando y es consciente de la delicada situación: la computadora que dirige la nave se ha rebelado. Poole ha sido asesinado por HAL. Y con toda seguridad —y de hecho así es— HAL habrá asesinado también al resto de astronautas, que viajan en estado de hibernación para ahorrar recursos.

Pero Bowman es un hombre de recursos y consigue entrar en la Discovery usando una apertura de emergencia. Una vez dentro de la nave se dirige hacia la estancia donde están los circuitos centrales del ordenador. En esa sala es donde HAL tiene su cerebro, sus recuerdos, sus emociones, su yo, su vida entera. Hal sabe que Bowman está yendo a desconectarle; el ordenador entra en estado de pánico. HAL intenta excusarse, justificarse, negociar… pero nada impide que Bowman siga adelante.
El astronauta empieza a desconectar los circuitos básicos de HAL, mientras la computadora suplica que le perdone la vida y, presa del más absoluto terror, dice cosas como “puedo sentirlo, mi mente se está yendo”. HAL está siendo asesinado. Le oímos agonizar entre exclamaciones de angustia.

Mientras su cerebro es desconectado y sus funciones cerebrales superiores van siendo apagadas, HAL empieza a perder la consciencia en un proceso acelerado de demencia. Va retrotrayéndose a la infancia, hasta el punto de dejar de ser consciente de dónde está. De repente cree estar hablando con su primer programador y finalmente muere mientras canta Daisy, una canción infantil que le habían enseñado mientras le educaban. Este es el único momento verdaderamente dramático de 2001:una odisea del espacio y está protagonizado no por un humano, sino por una máquina. El mensaje está claro: la humanidad no reside en un espíritu inmaterial, sino en la inteligencia. Una computadora podría ser tan humana como nosotros.

Cuando HAL es completamente desconectado —es decir, cuando muere— la nave reproduce automáticamente el vídeo donde se informa a los astronautas del verdadero objetivo de su viaje. Dave Bowman descubre de repente que tanto HAL como sus difuntos compañeros astronautas y él mismo son todos víctimas de una misma mentira. Quienes planearon la misión confiaron más en una inteligencia artificial que en la inteligencia humana y para ello decidieron mentir a los astronautas humanos, pero hemos descubierto demasiado tarde que la inteligencia artificial, ante una mentira, se enfrenta exactamente al mismo tipo de dilemas morales o existenciales sin aparente solución. Es decir: la inteligencia artificial también puede terminar siendo neurótica y por lo tanto imperfecta. Los organizadores de la misión cargaron a HAL con una responsabilidad y un peso psicológico excesivo.

Finalmente HAL se quebró bajo la presión y él, como quienes le rodeaban, lo terminaron pagando con la vida. El ser humano no puede crear nada mejor que él mismo.

Como se ve, las dos tramas paralelas de 2001 giran en torno al tema de la inteligencia. La película no tiene grandes moralejas, como corresponde a un film cuya intención básica es presentar una experiencia audiovisual, pero sí llega a algunas conclusiones claras. Por ejemplo, la idea de que es la inteligencia lo que nos hace humanos. En 2001, inteligencia y humanidad son términos equivalentes.

Eso no significa que el concepto “humanidad” sea contemplado con benevolencia: de hecho el film hace continuo hincapié sobre nuestras imperfecciones, incluso a través de las imperfecciones de HAL —que no es propiamente humano pero sí una representación de lo que la humanidad significa— y la condición defectuosa del hombre es subrayada más todavía por la angelical perfección del Niño de las Estrellas.

Lo que 2001 nos dice es que somos humanos porque somos inteligentes, que la inteligencia es no sólo nuestra característica constituyente sino también nuestra principal herramienta, y que deberíamos intentar encontrar el mejor uso posible para dicha inteligencia.

Y por qué no, un buen modo de empezar a hacer buen uso es ver —o volver a ver— "2001: una odisea del espacio."
Su título original era "2001: A Space Odyssey" - Año de estreno: 1968
Duración: 139 min. - País: Reino Unido
Director: Stanley Kubrick
Guión: Stanley Kubrick & Arthur C. Clarke (Novela corta: Arthur C. Clarke)
Música: Richard Strauss, Johann Strauss
Fotografía: Geoffrey Unsworth
Reparto: Keir Dullea, Gary Lockwood, William Sylvester, Daniel Richter, Leonard Rossiter, Margaret Tyzack, Robert Beatty, Sean Sullivan, Frank Miller, Penny Brahms, Alan Gilfford, Vivian Kubrick
Productora: Coproducción Reino Unido-EEUU; Metro-Goldwyn-Mayer (MGM) / Stanley Kubrick Productions

Género: Ciencia ficción | Aventura espacial. Internet / Informática. Película de culto

Sinopsis: La película de ciencia-ficción por excelencia de la historia del cine narra los diversos periodos de la historia de la humanidad, no sólo del pasado, sino también del futuro. Hace millones de años, antes de la aparición del "homo sapiens", unos primates descubren un monolito que los conduce a un estadio de inteligencia superior. Millones de años después, otro monolito, enterrado en una luna, despierta el interés de los científicos. Por último, durante una misión de la NASA, HAL 9000, una máquina dotada de inteligencia artificial, se encarga de controlar todos los sistemas de una nave espacial tripulada.

(FILMAFFINITY)

Premios
1968: Oscar: Mejores efectos visuales. 4 nominaciones, incluyendo Director y Guión
1968: Premios David di Donatello: Mejor producción extranjera

Críticas
"La mayoría de las películas tratan sobre personajes con objetivos a alcanzar (...) '2001' no trata sobre un objetivo sino sobre una aventura, una necesidad. (...) La película nos dice: nos convertimos en humanos cuando aprendimos a pensar. Nuestra mente es un instrumento para entender dónde vivimos y quiénes somos. Es hora de dar un paso más allá: entender que no vivimos en un planeta sino entre las estrellas, y que no somos carne sino inteligencia. (...) Puntuación: ★★★★ (sobre 4)" Roger Ebert: Chicago Sun-Times
"La cinta más polémica, magnética y genial de Kubrick (...) La elipsis del hueso-espacio, el monolito y el enmudecimiento de Hal forman ya parte de la iconografía del siglo" Luis Martínez: Diario El País
"Maravillosa obra, sin duda toda una revolución en su época" Fernando Morales: Diario El País

Un recuerdo personal.

Unos 20 años después, junto con mi amiga, la psicóloga transpersonal Marcela Edith Díaz y mi amigo, el productor asociado Roberto Grassi, generamos y pusimos en el aire durante unos cuantos meses un programa de TVque se emitía por los canales de cable de Ensenada, Berisso y La Plata titulado "La Era de Acuario".


Revisando cintas de video (muchas cintas de video), Roberto encontró una verdadera "perla": la presentación de "2001 Odisea del Espacio" y la adaptó en forma excelente para usarla como comienzo de cada programa de esta creación de G&G Producciones.


Eso nos hizo empapar con las maravillosas imágenes de una verdadera obra de arte de modo tal que aún parece resonar en nuestros oídos y en nuestro corazón.


Prof. Daniel Aníbal Galatro
danielgalatro@gmail.com

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