de Javier Morales
en monografias.com
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Se ha desarrollado una aleación de titanio y níquel llamada "NITINOL"que tiene mucho valor en diferentes campos de uso de metales dado que tiene la propiedad de regresar a su forma original debido a la transformación martensítica termoplástica entre una fase austenítica y una fase martensítica, al tiempo que es de gran flexibilidad, tiene biocompatibilidad con el ser humano y no es corrosivo.
Esta aleación no es nueva pero más recientemente se han encontrado aplicaciones en las que los resultados han sido favorables y satisfactorios, como por ejemplo en la odontología (brakets), medicina (stents, prótesis cardiovasculares), y en la robótica.
Un investigador suizo llamado Arne Olander observó cambios de forma en una aleación de oro con cadmio, y se dio cuenta del potencial que tenía ésta para lograr un movimiento utilizable. En 1950 L. C. Chang y T.A. Read, en la universidad de Columbia en Nueva York, utilizaron rayos X para estudiar la estructura cristalina de la aleación. Sin embargo, no se llegó a comercializar popularmente debido al elevado precio de los elementos de la aleación.
En 1961, mientras investigaban aleaciones resistente a las corrosión para embarcaciones, un equipo dirigido por William Beuhler, en el U.S. Naval Ordenance Laboratory(N.O.L.) encontraron este mismo efecto en una aleación de níquel con titanio. Ellos llamaron a esta aleación "Nitinol" (combinaron las letras de Níquel, Titanio y Naval Ordenance Laboratory.)
Durante los 60s y 70s, se observó este mismo efecto en otras aleaciones más y empezó a producirse comercialmente en muchas formas distintas: láminas, alambre, cintas, discos y empezaron por fin a aparecer multitud de aplicaciones comerciales para las mismas.
La aleación de niqueltitanio puede volver a una forma fija no importando que se haya encorvado o retorcido.
1 comentario:
Muchas gracias por la información
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