En un interesante lugar de internet conocido como: http://elmagicodespertardelossentidos.blogspot.com.ar/
encontré un cuento tibetano que quiero compartir con ustedes para su reflexión y, al mismo tiempo, ayudarles a comprendernos en nuestra cotidiana labor relacionada especialmente con el Complejo Cultural Galatro y sus objetivos actuales.
Comienzo transcribiendo el citado cuento:
BARRIENDO IMPUREZAS
Cuentan que un hombre mayor que había recorrido años y kilómetros en la búsqueda del camino espiritual, se topó un día con un monasterio perdido en las sierras.
Al llegar allí, tocó a la puerta y pidió a los monjes que le permitieran quedarse a vivir en ese lugar para recibir enseñanzas espirituales.
El hombre era analfabeto, muy poco ilustrado, y los monjes se dieron cuenta de que ni siquiera podría leer los textos sagrados, pero al verlo tan motivado decidieron aceptarlo.
Los monjes comenzaron a darle, sin embargo, tareas que, en un principio, no parecían muy espirituales...
- Te encargarás de barrer el claustro todos los días –le dijeron.
El hombre estaba feliz. Al menos, pensó, podría reconfortarse con el silencio reinante en el lugar y disfrutar de la paz del monasterio, lejos del mundanal ruido.
Pasaron los meses, y en el rostro del anciano comenzaron a dibujarse rasgos más serenos, se lo veía contento, con una expresión luminosa en el rostro y mucha calma.
Los monjes se dieron cuenta de que el hombre estaba evolucionando en la senda de la paz espiritual de una manera notable.
Un día le preguntaron:
- ¿Puedes decirnos qué práctica sigues para hallar sosiego y tener tanta paz interior?
- Nada en especial. Todos los días, con mucho amor, barro el patio lo mejor que puedo. Y al hacerlo, también siento que barro de mí todas las impurezas de mi corazón, borro los malos sentimientos y elimino totalmente la suciedad de mi alma.
De este modo el hombre se fue tornando un ejemplo para los monjes, quienes comenzaron a admirarlo y a ofrecerles tareas más importantes, pero el anciano prefirió seguir barriendo las impurezas.
Y cuentan que un día su corazón quedó tan limpio y puro que despertó a la conciencia universal, y aún así, continuó barriendo.
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"Hay dos maneras de difundir la luz, ser la lámpara que la emite, o el espejo que la refleja".
Lin Yutang
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Lo que este anciano del cuento hacía es, de alguna manera, la labor que hemos venido desarrollando desde hace muchos, muchos años.
Amigos y conocidos nos preguntaban continuamente "¿de qué les sirve?", "¿les produce dinero?", "¿los hace famosos?", "¿les da poder?". Y nuestra respuesta aumentaba su desorientación: "Nos hace sentir mejores, más plenos, más humanos."
Nuestros templos en internet son nuestros muchos blogs, creados a lo largo de los años para convertirlos en cauces de nuestros intereses de cada época. Y fueron cumpliendo su misión en ese momento particular para mantenerse hasta hoy o para desaparecer cuando perdían el sentido que pretendíamos de ellos.
Hoy hemos envejecido con el natural paso de los años pero interiormente mantenemos esa llama que los amigos como ustedes que se acercan a cada templo mantienen encendida. Son muchos, miles, millones, pero no pierden su individualidad porque cada uno de ustedes es un milagro diferente, alguien a quien hay que seducir, alguien hay quien hay que conquistar. Y desde el rinconcito del mundo en el que hemos construido los últimos templos, un paisaje pleno de naturaleza que hoy, por ejemplo, es bañado por la lluvia y quizá mañana por la nieve, parece presto a temblar por la cercanía de los volcanes o las cenizas nos recuerdan que los bosques nativos pueden arder en algún momento, el fuego sagrado interior sigue vivo y seguirá mientras Dios o el Universo así lo decida.
Volviendo a un pasado que tuvo sus cosas buenas hace casi 50 años, decidimos que era importante resurgir la idea de "complejo cultural", un término que quizá me apareció en aquellos tiempos y que permite unir las cosas más disímiles y portarlas por la vida en una única mochila.
Y habiendo encendido nuevamente la llama de nuestra propia editorial (llamada "Levantado vuelos" desde hace más de quince años) nos pareció que brindarle su propio espacio con nuevo aspecto y nuevos contenidos era una forma de cumplir esta etapa.
El blog llamado "Complejo Cultural Galatro 1" vio así nacer a su lado un compañero al que bautizamos "Complejo Cultural Galatro 2", templos que cotidianamente barremos cada uno con su propia nueva escoba pero sin perder el sentido de que estos dos nuevos hijos se suman a los anteriores, incluso a los desaparecidos, para no dejar de integrar "El Mundo de Olga y Daniel", nombre con el que alguna vez denominamos toda esta locura sagrada.
Y como dice el cuento: "Todos los días, con mucho amor, barremos el patio lo mejor que podemos. Y al hacerlo, también sentimos que barremos de nosotros todas las impurezas de nuestros corazones, borramos los malos sentimientos y eliminamos totalmente la suciedad de nuestras almas."
Por eso estamos, en este sector del Universo dado en ser llamado www (world wide web) (red de amplitud mundial) que nos permite llegar a ustedes con nuestras cosas, a todos y a cada uno de los que nos acepten, y a recibir de ustedes algo del inmenso capital que guardan en sus almas.
Gracias por estar. Ya saben que disponen de una latita en su escritorio a la que llaman correo electrónico, única y exclusiva para cada uno, de la que parte un imaginario hilo tenso que llega hasta la que participa de mi escritorio con el nombre de danielgalatro@gmail.com esperando que un día, quizá, decidan contactar conmigo. Y algo maravilloso quizá suceda entonces.
Que tengan un día feliz, una vida feliz, y no dejen de barrer los patios de sus propios templos porque limpios lucirán mucho mejor.
Un saludo afectuoso
Prof. Daniel Aníbal Galatro
Esquel - Chubut - Argentina
danielgalatro@gmail.com
PD Gracias por compartir esta nota.
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