Los niños argentinos hablan como sus mayores. De ellos aprenden las formas habituales de expresarse y por ello se ajustan al nivel cultural, a la región en la que habitan, etc. agregando, además, modismos propios de su edad. Los medios de comunicación, especialmente la televisión, también aportan expresiones que surgen de dibujos animados, programas infantiles y juveniles, y otros que casi siempre son generados en otros países y así nutren su vocabulario habitual con elementos que lo modifican.
La lengua escrita no es igual a la hablada. Esta última es más coloquial y se caracteriza con un vocabulario escaso y formas de pronunciación locales que suelen considerarse "vulgares" (del "vulgo" = del "pueblo").
Por ejemplo, a diferencia del habla de España y de otros países americanos, la "s" (sa-se-si-so-su), la "z" (za-ze-zi-zo-zu) y la "c" (ce-ci) suenen en forma idéntica (como "s"). Por ejemplo, "ciruela" suena como "siruela", "zapato" como "sapato", etc.
En casi todo el país, el sonido de la "ll" se igualó al de la "y". "Llamar" se convierte en "yamar", "llanto" es pronunciada como "yanto", etc. No ocurre esto en la provincia de Corrientes, donde por efecto del guaraní, la "ll" se pronuncia en forma muy marcada. Ni en otras partes del país donde suena como "i", y entonces "caballo" suena "cabaio", ""llave" suena "iave", etc.
En La Rioja y Catamarca, la "rr" se pronuncia como "y". Así "risa" suena "yisa", "arreglo" suena "ayeglo", etc.
Una gran proporción de argentinos "se come las eses" (no las heces, por supuesto). Esto significa que aspira las eses finales que por eso no suenan: "dos" suena "do", "los hijos" suena "lo hijo", etc.
Cuando un verbo lleva un pronomble enclítico (incorporado a la palabra principal) la pronunciación se hace casi desastrosa. "Agárrenlo" se convierte en "agarrenló" o, lo que es peor, en "agarrenlón". "Siéntese" suena "sientensé" (en una forma de singular) o en "sientensén" (en una forma de plural).
En otros verbos se cambia la pronunciación grave por la esdrújula. "Pidamos" se hace "pídamos", "durmamos" suena "duérmamos", y cambios así.
Pero "agarrensén" que vienen más formas de expresarse que los niños acostumbran utilizar (y también sus padres). Porque también hay modificaciones sintácticas.
Lo que llamamos "voseo" es el uso de "vos" en lugar de "tú", cambiando la forma verbal que lo acompaña. "Vos tenés" (por "tú tienes"), que puede llegar a sonar "vó tené". Y el "vosotros" ha sido reemplazado por "ustedes", con lo que "vosotros sabéis" se expresa como "ustedes saben".
Como en el "future of intention" del inglés, el futuro del indicativo se modifica por una frase con el verbo "ir". "Yo saldré" se hace "voy a salir", por ejemplo.
El las oraciones condicionales aparece un potencial que no corresponde: "Si yo tuviera (o tuviese) dinero lo compraría" se convierte en "si yo tendría dinero lo compraría". El subjuntivo se va perdiendo rápidamente, aquí por influencia de los periodistas en los medios de comunicación orales, quienes son los difusores de esta forma lamentable de expresión. "Si ellos no lo harían los niños no hablarían tan mal" ("Si ellos no lo hicieran...").
"A casa de" o "A la casa de" se han reemplazado por formas tan variadas como "voy de Juan" o "voy a lo de Juan" o "voy donde Juan".
El "dequeísmo" consiste en utilizar "de que" donde debería decirse solamente "que". "Me dijo de que vendría", "pienso de que va a llover". ¿Cómo saber cuándo corresponde "de que" y cuándo solamente "que". Es muy fácil. Si se reemplaza la expresión que le sigue por "eso", se nota cuando debe usarse cada una.
"Me dijo eso" permite ver que será "Me dijo que vendría" (no suena correcto el "me dijo de eso". "Pienso eso" revelará que habrá que utilizar "pienso que vendría" (porque es evidente que no corresponde "pienso de eso". "Estoy seguro de eso" demuestra que aquí el "de" es correcto: "estoy seguro de que lloverá", por ejemplo.
¿Son errores o son lectos? ¿Está mal que los argentinos hablen "en argentino" y adecuado además a su región de origen? En realidad, no. Porque la discusión es si la gente que se expresa en castellano (ahora mal llamado "español") debe hacerlo como dice la Real Academia de la Lengua, o la Real Academia de la Lengua debe ajustarse a las formas en las que la gente se expresa. Evidentemente, la gente habla como quiere y la Real Academia poco a poco va incorporando esas formas de expresión.
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