Historia argentina: principales hechos acontecidos entre 1810 y 1816


A partir de la llegada de los primeros conquistadores europeos a nuestras tierras en el siglo XIV, nos gobernaban los reyes españoles. A partir de la creación del Virreinato del Río de la Plata, había puesto aquí sus representantes, los Virreyes, cuyas órdenes debíamos cumplir. Pero cuando en 1808 España fue invadida por las tropas francesas, el Rey tuvo que abdicar del trono.

Cuando los habitantes de Buenos Aires se enteraron de lo que había sucedido, tuvieron que decidir cómo enfrentar la situación.

1810

En el mes de mayo del año 1810 el Virrey de ese momento, Baltasar Hidalgo de Cisneros, había perdido todo su poder. Un grupo de personas importantes de la ciudad de Buenos Aires se reunió en la Plaza Mayor para pedir que el pueblo se gobernase a sí mismo. Ese hecho lo conocemos como “el Cabildo Abierto del 22 de Mayo”.

El día 25, fueron elegidos para formar una Primera Junta algunos militares, abogados, comerciantes y un sacerdote. Debían tomar el mando hasta que el Rey Fernando pudiera volver a su trono en España. Este hecho es el que conocemos como “Revolución de Mayo”, aún cuando se discute si fue realmente una revolución.

Luego llamaron a personas del interior, es decir, que no vivían en Buenos Aires sino en las provincias, para que vinieran a compartir el gobierno. No todas esas personas estaban de acuerdo en quitar al Virrey de su cargo. Por eso la Primera Junta organizó expediciones militares que deberían ir hacia el Perú y hacia el Paraguay para convencerlos u obligarlos.

En el mes de julio de ese año 1810, el grupo que iba al Alto Perú al mando de Juan José Castelli se encontró con opositores que no reconocían el poder de la Junta. Fueron fusilados en un lugar de Córdoba llamado Cabeza de Tigre. Uno de ellos era Santiago de Liniers. La mayor parte de las acciones de esta columna armada resultaron muy desagradables a quienes se consideraban “gente decente”. Se los veía como alterando el orden social, y en intendencias como las de Tucumán y cuyo se procuraba proteger ese orden intentando reducir todo tipo de tensión que pudiera originarse a causa de esas nuevas ideas.

El 24 de agosto, varios barcos realistas - españoles que querían mantener el poder del Rey - se pusieron frente al puerto de Buenos Aires para bloquearlo, no dejando entrar ni salir a nadie. Además los patriotas eran atacados por el gobierno paraguayo, y cada vez más españoles que vivían en las provincias se oponían a la Primera Junta. Por eso, el 17 de octubre fueron echados de sus cargos todos los miembros del Cabildo.

A fines del año 1810, como un hecho derivado de la victoria de Suipacha que marcó el final del dominio español sobre el Alto Perú, Mariano Moreno se enteró de que Saavedra, presidente de la Primera Junta, soñaba convertirse en Rey de América. Esto le causó un gran enojo y publicó un decreto que hacía que todos los miembros fuesen iguales. También consiguió que Saavedra dejara de ser el comandante superior del ejército. Eso aumentó la rivalidad entre ellos, y se buscó sacar a Moreno para siempre del gobierno.

Otra situación que lo hacía poco agradable en los niveles político-religiosos de Buenos Aires era su evidente antagonismo con la Iglesia Católica. Se embarcó hacia Europa y murió en alta mar, lo que hizo pensar que Saavedra había hecho que lo envenenaran.

1811

Poco después de llegar a Buenos Aires la información de su extraño fallecimiento, sus amigos crean el “Club Morenista”, asociación política que desarrolla sus actividades en el café de Marco.

La gente del interior que estaba de acuerdo con la Revolución envió representantes para reunirse en una Junta Grande que funcionó desde enero hasta setiembre del año 1811.

En el mes de marzo de ese año, el grupo que iba a Paraguay al mando de Manuel Belgrano fue derrotado y no consiguió que esa provincia se uniera al resto.

Algunos habían pensado que era mejor enviar a los españoles a su país, pero eso nunca se hizo.

El 5 y 6 de abril, son expulsados de la Junta Grande los pocos morenistas que aún permanecían en ella. En su mayoría, los peones que vivían en los alrededores de la ciudad apoyaban a los moderados saavedristas y no a los exaltados defensores de las ideas revolucionarias francesas.

En mayo de 1811, la expedición de Castelli había llegado a un lugar llamado Tiahuanaco. Allí proclamó la liberación de los indígenas, que ya no deberían seguir sirviendo a ningún amo blanco. También dio órdenes de castigar a todos los que se opusieran al gobierno de Buenos Aires.

En el mes de julio, los criollos que seguían hacia el Perú fueron derrotados en la batalla de Huaqui. Eso hizo que la gente ya no creyera tan bueno el funcionamiento de la Junta. Cuando Saavedra se fue de Buenos Aires a ayudar a Castelli, el Cabildo la reemplazó en setiembre por un Triunvirato, es decir, un gobierno de tres personas. Luego quien había dejado de ser Presidente del Primer Gobierno Patrio debió pasar un tiempo en Ensenada, en condición de preso.

Ignorando ese Triunvirato recién constituido, los representantes de las provincias se reunieron en una Junta Conservadora, que duró muy poco.

La Primera Junta había ordenado un año antes que todo ciudadano debía considerarse un soldado. Esto no gustó al Primer Regimiento de Patricios, verdaderos militares que se rebelaron ese mismo mes y que fueron controlados por su nuevo jefe, Manuel Belgrano.

1812

Los seguidores de Moreno habían formado un Club que llamaron “Sociedad Patriótica”, presidido por Bernardo de Monteagudo. Decían que todos deberían volver a pensar como el 25 de mayo de 1810 y, además, tratar de ser totalmente independientes y de tener sus propias leyes. Querían que la gente más pobre también participara de las decisiones. Más adelante, esa Sociedad se hace secreta, toma el nombre de “Logia Lautaro” y comienza a oponerse intensamente al Triunvirato. Los “afrancesados” consideraban que la Revolución no había surgido realmente de un plan sino de una serie de coincidencias circunstanciales.

Martín de Álzaga, destacado habitante de Buenos Aires que fuera considerado un héroe por sus convecinos por haber tenido un papel fundamental en la Reconquista de la ciudad ante los ingleses, trata de que este gobierno patrio no pueda continuar y de volver al sistema realista, con el Rey y el Virrey que antes había. No lo consigue pues su conspiración fracasa.

Pocos días antes llegaron al puerto varios militares criollos que se habían formado en España. Los dos más importantes eran José de San Martín y Carlos María de Alvear. Ellos pensaban que había que lograr no solamente la independencia de nuestro país sino la de toda América. Pronto se sumaron a la Sociedad Patriótica y a la Logia Lautaro.

El 8 de octubre de 1812 se nombró un Segundo Triunvirato, que reunió una Asamblea para dictar una Constitución, es decir, leyes propias. Ya no se nombraba al Rey de España para nada.

1813

Esa Asamblea, que llamamos “del año 13”, decidió muchas cosas importantes. Por ejemplo, los periodistas podían publicar sus ideas sin ser perseguidos, los hijos de los esclavos serían libres, los indígenas no continuarían como siervos, ni nadie podía usar títulos tales como “duque” o “conde”. Pero no dictó ninguna Constitución ni declaró nuestra Independencia.

En esos meses habían comenzado las malas relaciones con Montevideo, en lo que se llamaba “la Banda Oriental del Río de la Plata”. Además, San Martín y Alvear ya no estaban de acuerdo como antes, por su enorme diferencia conceptual de objetivos y medios para alcanzarlos. Aunque tenía el mando absoluto, Alvear perdía su poder, y hasta pensaba dar por terminada la Revolución y ponerse a las órdenes del Rey de España o del Rey de Inglaterra.

1814

A comienzos de 1814, la Asamblea reemplazó el Segundo Triunvirato por un Director Supremo, nombrándose para serlo a Gervasio Antonio de Posadas. Pronto fue reemplazado en ese cargo por Alvear. Pero su gobierno unipersonal tuvo malas consecuencias.

1815

La Banda Oriental y las provincias de Entre Ríos, Corrientes y Santa Fe habían formado la Liga de los Pueblos Libres, protegida por José Gervasio de Artigas. El ejército del Norte no hacía caso a las órdenes de Buenos Aires. San Martín estaba en Cuyo (que luego se dividió en las provincias de Mendoza, San Juan y San Luis) y desde allí, cruzando la Cordillera de los Andes, liberó a Chile y luego a Perú. En muchas provincias comenzaron a tomar el poder los llamados “caudillos”, que eran jefes locales aceptados por el pueblo.

1816

Cuando Alvear dejó el poder, Buenos Aires también lo perdió. Ante esa debilidad, se llamó a un Congreso de todas las provincias que permanecían unidas. Se lo denominó “Congreso General Constituyente de las Provincias Unidas en Sudamérica” y reuniéndose en la ciudad de Tucumán. Comenzaron ese encuentro en marzo de 1816.

Lo primero que hicieron fue nombrar como Director Supremo a Juan Martín de Pueyrredón para reemplazar a Alvear.

Hubo muchas discusiones en ese Congreso. Algunos querían elegir algún Rey europeo para que se hiciera cargo de nuestro gobierno. Belgrano propuso que se creara una monarquía inca. Pero esas ideas no tuvieron éxito.

El 9 de julio de 1816, el Congreso de Tucumán declaró la Independencia de las Provincias Unidas en Sudamérica, sin ninguna relación con el rey Fernando, ni con los que lo siguieran, ni con España.

Esta Asamblea funcionó hasta 1819, año en que dictó una Constitución que fue rechazada por las provincias.

Pueyrredón estuvo tres años en el gobierno. Fue él, desde su cargo de Director Supremo, quien procuró los recursos necesarios para que San Martín realizara su campaña.

Vida cotidiana

La creación del virreinato modificó radicalmente la vida de Buenos Aires y, en menor medida, la de las provincias del interior. La flamante capital aumentó su población en forma progresiva, creció el número de sus viviendas (antes con techos de paja, ahora de tejas) y la intensa actividad mercantil elevó el nivel de ingresos de sus habitantes. Los sucesivos virreyes, por su parte, fueron introduciendo mejoras públicas como el alumbrado público y el empedrado de algunas calles.

Desde el punto de vista cultural, se crearon el Real Colegio de San Carlos, el Protomedicato (institución donde se formaban los médicos), el Teatro de la Ranchería y se instaló la imprenta que tenían los jesuitas en Córdoba. Esto permitió la edición de libros y periódicos que aumentaron el nivel educativo de los habitantes.

En la sociedad apareció un nuevo sector, el de la burocracia, cuyo número de funcionarios aumentó a raíz de la creación de las nuevas instituciones administrativas. Un 65% de quienes ocupaban cargos en la administración colonial a fines del siglo XVIII eran españoles, un 29% eran porteños que solamente podían aspirar a puestos inferiores, y los restantes provenían de otros lugares de América. Luego de las invasiones inglesas, los nacidos en Buenos Aires pudieron lograr ser integrados a las milicias.

Esos funcionarios y los comerciantes que se dedicaban a la importación y exportación, ocupaban el primer rango dentro de la escala social. En su mayor parte eran españoles, pero en los últimos tiempos del virreinato también había criollos (nacidos en América).

Dos años antes de la Revolución, tanto los integrantes del Cabildo como los del clero aumentan sus ambiciones políticas en la colonia.

El abanico social se completaba con los esclavos negros, que habían sido traídos de África y se dedicaban, en general, a tareas domésticas; los gauchos (producto del mestizaje entre españoles e indios) que habitaban la campaña, y una reducida proporción de indios.

La Iglesia, pese a la expulsión de los jesuitas y al sistema de patronato (estaba sometida al control virreinal) siguió siendo muy importante y, prácticamente, regía la vida civil.

Como dato adicional puede señalarse que la sociedad colonial estaba claramente dividida en españoles y criollos. Los primeros tildaban a los segundos de “cholos” y a su vez recibían el mote de “marranos” o “maturrangos”. Los principales cargos de gobierno y las facilidades en el comercio eran para los españoles, aunque lo criollos habían ganado su lugar hacia finales del siglo XVIII.

La vida religiosa tenía una gran importancia ya que era en las iglesias adonde se reunía la gente para asistir a las misas, fiestas patronales, casamientos, bautismos, etc. Los integrantes del alto clero –españoles de origen– ocupaban el peldaño más alto de la sociedad junto a los funcionarios y a los comerciantes más ricos. Los curas pobres, criollos en su mayoría, se mezclaban entre el paisanaje y llevaban una vida sacrificada compartiendo penurias y privaciones.

Los indios que habitaban el noroeste continuaban combatiendo la dominación española y trataban de seguir el ejemplo de rebeldía que les había dado el inca Tupac-Amaru, quien terminó siendo descuartizado entre cuatro potros en 1780. Los indios de las pampas y del Chaco también eran una preocupación para las autoridades rioplatenses por sus frecuentes incursiones sobre los poblados. Los únicos indígenas que, en alguna medida, se habían sometido a los españoles eran los que vivían en la región mesopotámica.
En el Virreinato del Río de la Plata, como en el resto de América, los negros eran esclavos. Pero justo es decir que en esta parte del continente la condición de los negros era mucho mejor que en la del resto del continente ya que aquí se los utilizaba para cumplir tareas domésticas o rurales.

El gaucho era el mestizo que regularmente vivía en zonas rurales y se empleaba como jornalero campestre. A fines del siglo XVIII el gaucho de las pampas, corrido por los indios, se había conchabado (empleado) en las grandes estancias fronterizas. Sin embargo nunca perdió su actitud viril y se destacaba por emprender actividades que exigían destreza, como la doma de potros.

Protagonistas de esta historia

Fernando VII, Rey de España: También conocido como “el Deseado”, fue el símbolo de la Independencia de su país ante los ataques de los franceses. Cuando ocupó realmente el trono en 1814 mostró ser despótico e intransigente.

Virrey Baltasar Hidalgo de Cisneros: Representante del poder real en el Río de la Plata. Fue obligado a renunciar a su cargo el 25 de mayo de 1810.

Cornelio Saavedra: Presidente de la Primera Junta de Gobierno Patrio.

Juan José Castelli: Vocal de la Primera Junta, comandó la expedición al Alto Perú.

Manuel Belgrano: Vocal de la Primera Junta, comandó la expedición al Paraguay. Creador de la Bandera Nacional Argentina.

Santiago de Liniers: marino francés que prestó servicios en el Virreinato del Río de la Plata. Llegó a ocupar el cargo de Virrey cuando Fernando VII debió dejar el trono por el avance de Napoleón. Fue fusilado por oponerse a las ideas de la Primera Junta de Buenos Aires.

Mariano Moreno: abogado de Buenos Aires, Primer Secretario de la Primera Junta. Seguidor del pensamiento de los filósofos de la Revolución Francesa, fue duro opositor de Saavedra hasta que se vio forzado a alejarse del gobierno. Embarcó hacia Europa pero falleció durante el viaje.

Bernardo de Monteagudo: continuador de las ideas de Moreno en el gobierno que se ejercía desde Buenos Aires.

José Francisco de San Martín: militar capacitado en España, no participó de las luchas políticas de Buenos Aires. Siendo designado Gobernador de Cuyo, organizó un potente y bien adiestrado ejército con el que atravesó la Cordillera de los Andes y derrotó a las tropas realistas en Chacabuco y en Maipú, liberando definitivamente Chile. Dos años después viajó desde Valparaíso a Perú, obligando a los españoles a retirarse y pudiendo así ocupar Lima. Ese fue el comienzo de proceso de independencia peruano.

Carlos María de Alvear: militar capacitado en España, llegó a Buenos Aires junto con San Martín y otros camaradas de armas. Pronto mostró su ambición personal y logró crear poco a poco un gobierno unipersonal que terminó en un fracaso. Fue el segundo Director Supremo.

Gervasio Antonio de Posadas: primer Director Supremo de las Provincias Unidas del Río de la Plata.

El Mundo de Olga y Daniel
Redactado en 2005



2 comentarios:

mimo orlando dijo...

LA REVOLUCION DE 1810, NO FUE UNA REVOLUCION(QUE ES REVERTIR EL ORDEN ESTABLECIDO), SINO QUE UNA CONTRAREVOLUCION O SEPARATISTA""O LIBERAL
SIN MAS, AL IGUAL QUE LA AMERICANA DEL 4 JULIO 1776 Y FRANCESA DE 1789, LA VERDADERA REVOLUCION EN SU MAS VASTA ASEPCION DEL TERMINO FUE LA BOLCHEVIQUE RUSA EN 1917,MARXISTA-LENINISTA , LUEGO DESVIRTUADA POR STALIN QUE DESEMBOCO EN LA CRISIS BURSATIL DE 1929 EN EEUU, XQ YA URSS NO COMERCIABA"CON EEUU/SOBRE ARGENTINA VER:LA REVOLUCION CLAUSURADA"de RATH Y ROLDAN

mimo orlando dijo...

LA REVOLUCION DE 1810, NO FUE UNA REVOLUCION(QUE ES REVERTIR EL ORDEN ESTABLECIDO), SINO QUE UNA CONTRAREVOLUCION O SEPARATISTA""O LIBERAL
SIN MAS, AL IGUAL QUE LA AMERICANA DEL 4 JULIO 1776 Y FRANCESA DE 1789, LA VERDADERA REVOLUCION EN SU MAS VASTA ASEPCION DEL TERMINO FUE LA BOLCHEVIQUE RUSA EN 1917,MARXISTA-LENINISTA , LUEGO DESVIRTUADA POR STALIN QUE DESEMBOCO EN LA CRISIS BURSATIL DE 1929 EN EEUU, XQ YA URSS NO COMERCIABA"CON EEUU/SOBRE ARGENTINA VER:LA REVOLUCION CLAUSURADA"de RATH Y ROLDAN