Allá por los años ochenta mantuve un pequeño debate acerca de qué contenido podía ser comprendido y aprovechado por niños de edades entre 4 y 10 años. Además discutíamos sobre los argumentos habituales tan crueles como los de Hansel y Gretel, la Bella Durmiente, Caperucita Roja y tantos así.
En la educación brindada en muchos hogares cristianos se producía una divergencia de relatos al presentar la figura de Dios, y no se podía utilizar la Biblia porque el Génesis "oficial" estaba redactado en un lenguaje muy difícil y contenía asuntos que podríamos considerar "para mayores de 18 años".
Alguien me propuso escribir mi propia versión para tratar desde una visión más sencilla esa historia pensada quizá para ser comprendida y reproducida sin distinción de edades. Y así surgió este "cuento metafísico para niños" que ya lleva varias décadas recorriendo el mundo y sorprendiendo de alguna forma a los padres que deben decidir si lo utilizan o no.
Aquí va un fragmento:
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Ahora la luz era un pequeño
sol que nos deslumbraba. Del color del oro. Con mil rayos que partían hacia
todas las direcciones.
Cuando tuvo la altura de una
persona se detuvo. Estaba muy cerca de nosotras.
-¿Qué es? – preguntó
Marina como era su costumbre.
No le respondí, pero sí lo
hizo la luz.
¡Sí! ¡No pongan esa cara de
no poder creerme! ¡Ese sol pequeño detenido frente a nosotras fue quien le
respondió.
¡Y si eso les sorprende,
mucho más van a admirarse cuando conozcan cuáles fueron sus palabras!
-Soy Dios – dijo la
luz.
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Daniel Aníbal Galatro
complejoculturalgalatro@gmail.com
Complejo Cultural Galatro
Editorial Levantando Vuelos
Esquel - Chubut - Argentina
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