Tenango y sus famosos bordados



El nombre Tenango proviene de Teotenanco o Teutenanco. 
Los aztecas, durante la Colonia, lo denominaron Teotenango o Teutenango; después del siglo XVI, comenzó a llamársele únicamente Tenango. La palabra es de origen náhuatl. 

Hacia el siglo VIII, los matlatzincas poblaron el lugar donde se construyó Teotenango, un centro cívico religioso, conquistado a la postre por los españoles.

El primer paso de los conquistadores fue cambiar el lugar de asentamiento: del cerro del Tetépetl al valle; el segundo fue establecer las encomiendas. 
Al crearse la alcaldía mayor de Malinalco (1550), el corregimiento de Atlatlahuca quedó circunscrito en ella; sin embargo, en 1580 Tenancingo se convirtió en la sede de la alcaldía mayor, y Atlatlahuca pasó a la de Teotenanco, que incluía a Tlalachco y Huitzitzilapa. También, fue cabecera del distrito judicial con el mismo nombre.

La evangelización debió corresponder a los franciscanos en un inicio; después fue el clero regular quien se encargó de administrar los bienes espirituales de la fe católica.
En el periodo de la guerra de independencia, el municipio fue escenario de enfrentamientos del ejército insurgente con el ejército realista.
Con la creación del Estado Libre y Soberano de México en 1824, de facto Tenango del Valle fue de los primeros municipios. El 4 de febrero de 1847, se le dio la categoría de Villa. En 1861, a la cabecera se le agregó el apellido Arista, en homenaje al presidente de México de 1851 a 1853. Por los servicios prestados a la causa independentista el Congreso Local decretó el adjetivo Heroica a la Villa de Tenango de Arista, el 19 de octubre de 1868.
A fines del siglo llega la vía del ferrocarril y con el tren también el telégrafo.
Durante la Revolución mexicana la mayor parte de la población de Tenango del Valle se unió a los zapatistas en 1912 para luchar por sus tierras.
En 1994 es elevada a la categoría de Ciudad. Tenango del Valle es un municipio en desarrollo que basa su economía y sustento en la industria, la agricultura y el turismo.
Extensión: 208.88 kilómetros cuadrados.
Población: 77,965 habitantes; 49% Hombres, 51% Mujeres.

El clima posiblemente no sea ideal para muchos, pero toda esa humedad lluvia y cascadas son las causantes de la belleza del lugar, la región Otomí – Tepehua que en esta parte está llena de bosque y misterio, de agua y niebla, de cultura y tradición.

Cuentan los pobladores de un paraje conocido como El Cirio, había pinturas rupestres que sus ancestros dejaron y que daban fe de su presencia centenaria. Esas pinturas ya no existen, pero su huella sigue presente en las mantas coloridas que ellos bordan en grandes manteles, carpetas o lienzos.

Cada una de las figuras que se estampan en los lienzos de manta, según la tradición, reflejan la flora y fauna sin presencia del hombre, a veces sin forma definida. Estas formas coloridas son conocidas como los tenangos, elaboradas principalmente en la comunidad de San Nicolás, perteneciente a Tenango de Doria.

Son constantes en sus diseños los dibujos de gallinas, conejos, caballos o perros aderezados con diseños que asemejan pétalos de colores muy vivos: amarillos, rojos, verdes y azules. Incluso, sobre fondos negros se pueden ver bordados en blanco o dorado, fondos amarillos con bordados blancos o rojos y muchas combinaciones más. Los tenangos se han convertido en los códices donde las mujeres dejan el testimonio de su vida cotidiana.

Cada una de las hermosas pieza es elaborada con las manos y el corazón y contiene una extensa variedad de flora y fauna, especies en peligro de extinción cultural que, sin un plan para conservarla, se pudieran perder poco a poco, inexorablemente.

Imagen: Otomi Designs
Fuentes: 
Wikipedia.

Nota elaborada por la Editorial Levantando Vuelos
del Complejo Cultural Galatro
Área de Ebooks patrones para bordado
https://complejoculturalgalatro.blogspot.com.ar

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